La línea costera de Salvador tiene 50 kilómetros de playas tropicales. Es parte de la magia de la cuidad esa posibilidad de zambullirse en un mar tibio y transparente luego de recorrer las bellezas de un barrio Patrimonio de la Humanidad. Cada una de las playas de Salvador de Bahía tiene su carácter singular, tanto en la Ciudad Alta (de aguas atlánticas) como en la Ciudad Baja (sobre la extensa Bahía de Todos los Santos).
Como en toda la ciudad, los paisajes increíbles (que invitan a incontables actividades) se combinan con la animada cultura local y su deliciosa gastronomía. En resumen: arena blanca, olas cristalinas, surf, sol, historia, música, vegetación y las infaltables “barracas”, pequeños bares sobre la playa. La propuesta es más que tentadora. A continuación te contamos lo que hace única a cada playa de Salvador. No vas a poder elegir solo una: lo ideal es que tengas varios días de viaje para conocerlas todas.
Recorriendo las playas de Salvador de Bahía
Porto da Barra: Es la única playa de la Ciudad Alta que se encuentra sobre la Bahía de Todos los Santos. Orientada al este, es célebre por sus atardeceres. Locales y turistas se juntan a ver el sol cayendo sobre la bahía, tomando un trago en alguno de los bares del lugar. El Porto da Barra también está tocado por la mano de la historia: fue el primer sitio elegido por los colonizadores portugueses para asentarse en la ciudad.
Farol da Barra: Se ubica junto al Porto da Barra y, como ella, tiene una riquísima historia. El icónico farol del que toma su nombre se ubica en la Fortaleza do Santo Antonio, del siglo XVII. Si bien es de aguas tranquilas, sobre el Morro do Cristo se forman olas más bravas, muy buenas para surfear.
Ondina: Playa prestigiosa (varios hoteles de renombre se ubican allí), de olas muy cambiantes según el ánimo de la marea. Muy elegida por las familias, Ondina se encuentra al lado de Farol da Barra y está rodeada de buenos restaurantes y campos deportivos. Entre sus rocas se forman disfrutables piscinas naturales.
Rio Vermelho: Otro de los barrios privilegiados de Salvador, bohemio y sofisticado. Localizada junto a Ondina, es una playa de pescadores, con muchos barcos atracando en su orilla. Las formaciones rocosas crean playas más pequeñas dentro de ella, llamadas Paciência, Mariquita y Santana. Rio Vermelho no es la playa más recomendada para baños, pero es muy concurrida por sus excelentes restaurantes y su intensa vida nocturna.
Amaralina: Playa tradicional en el barrio homónimo, con algas que dan colores preciosos al agua en ciertos momentos del año. Tiene arenas limpias y olas tan ideales para bañistas como para surfistas. Las vendedoras de acarajé y las barracas son parte del escenario diario de Amaralina.
Pituba: Se localiza luego de Amaralina, en la zona norte de la ciudad, a 10 kilómetros del centro. Es una de las playas más extensas de la ciudad. Al inicio de Pituba hay un famoso Quiosco de Bahianas, donde degustar acarajé y agua de coco.
Jardim dos Namorados: Como la anterior, se localiza en el barrio Pituba. No es apta para baños, pero sí es ideal para pescar y surfear. El entorno de parques verdes le da una belleza especial a la playa, al igual que la feria artesanal que allí se despliega los fines de semana.
Playa de Jardim de Alah: Está separada por un río de Jardim dos Namorados, y se ubica en el barrio Costa Azul. El inicio de la playa está marcado por el “Jardín de Alá”, un conjunto de coqueros al final de la Orla urbana. Su paisaje es de rocas con piscinas naturales, ideal para baños gracias a su marea baja.
Playa de Itapuã: Bohemia, exuberante y oceánica, se encuentra pasando Jardim de Alah, casi en el extremo norte de la costa salvadoreña. Cerca del Faro de Itapuã hay encantadores bares y puestos de comida típica. Vinicius y Caetano se han inspirado en esta playa para algunas de sus creaciones.
Stella Maris: Con un lindo paisaje natural de palmeras y corales, esta playa toma su nombre de un hotel que nunca llegó a construirse. Tiene barcitos y olas refrescantes. Se sitúa pasando la playa de Itapuã.
Flamengo: Es la última playa de la costa norte, en el límite con el municipio Lauro de Freitas. Al estar lejos del centro, ofrece un ambiente más natural y relajado, perfecto para quienes buscan tranquilidad.